El humo que truena En todo viaje hay siempre un requiebro nacido de un capricho que surge antes o durante el trayecto y que nos lleva a coordenadas que, a priori, no figuraban en la ruta. Este deseo nace de un consejo de un amigo, de una pista que nos da un local o, simplemente, de una ocurrencia que, de repente, nace de las entrañas y hace que un nombre en un mapa se transforme en un antojo. Es lo que le sucede a muchos aventureros que llegan a Chitambo, en Zambia, en busca del corazón del doctor Livingstone. |