Asómate y déjate sorprender por sus secretos mejor guardados
Esta franja litoral, que se extiende entre Miengo y Comillas, es una joya que combina naturaleza, historia, arquitectura y sabor a mar.
Aquí, cada rincón guarda una postal. Desde el Parque Natural de las Dunas de Liencres hasta los acantilados de Ubiarco que desafían al Cantábrico, pasando por playas salvajes o familiares, perfectas para tumbarse al sol o para surfear olas con carácter.
En sus pueblos, como Comillas o Santillana del Mar, el tiempo parece haberse detenido. Pasear por sus calles es sumergirse en siglos de historia, admirar la huella de Gaudí o descubrir leyendas que aún se susurran entre piedras centenarias.
Y si miras más al fondo, la tierra también habla: lo hace desde las cuevas prehistóricas, como Altamira, donde el arte rupestre sigue latiendo milenios después o desde los suaves relieves mineros de Udías.
Todo esto acompañado de una gastronomía que sabe a mar y a tradición. Porque la Costa Central de Cantabria no solo se visita… se saborea, se contempla y se recuerda.