La respuesta es la Ruta de la Seda, una ruta mítica no solo por sus leyendas sino porque fue real y porque unía dos mundos completamente distintos: el Mediterráneo y la China. En el centro de aquella vía se hallan las ciudades uzbecas de Samarkanda, Bujara y Jiva, protagonistas del reportaje que aparece en la revista Viajes National Geographic de este mes. Un destino seguro, fácil de recorrer por libre y repleto de tesoros milenarios. |