Navegar entre las aldeas flotantes del lago Tonle Sap, surcar en lancha el Mekong y, por supuesto, recorrer los fabulosos templos de Angkor, son citas obligadas en Camboya. Pero hay más, pues con la mejora de infraestructuras y oferta hotelera muchos rincones de su mapa antes vedados al turismo son ya accesibles. Densas junglas que aún sorprenden a la ciencia con nuevas especies de flora y fauna; ríos que cobijan criaturas gigantes; exquisiteces gastronómicas que pondrían a prueba al más aguerrido de los exploradores; y fabulosos templos de piedra literalmente engullidos por la vegetación. Estos ingredientes, propios de las más imaginativas novelas de aventuras, están al alcance del viajero que decide acercarse a Camboya. |