Rajastán es la India imaginada: lujosos palacios de maharajás, elefantes decorados, castillos repletos de luz y secretos, ciudades rosas o azules amuralladas, hombres bigotudos de piel morena, mujeres envueltas en saris arcoíris, mercados de camellos… Todo enmarcado por el bello y cambiante desierto de Thar, el extremo oeste. En Jodhpur no se pasea, se bucea. El visitante se ve atrapado por una trama infinita de azules y añiles, por lo que cree que en lugar de caminar está sumergido en un océano. Un mar de puertas, ventanas, rejas, escalones, fachadas, vigas, ménsulas, celosías, balcones, muretes, rótulos. Celestes y cianes que sirven para calmar el ánimo en la febril actividad de la segunda ciudad más grande de Rajastán. |