En la explanada del castillo del Morro vuelan chiringas (cometas) y las familias improvisan pícnics los días de fiesta. Pero basta con echar un vistazo a los gruesos muros, al foso y a las garitas sobre el mar para hacerse una idea del fortín inexpugnable en que los españoles convirtieron la capital puertorriqueña en el siglo XVI. Sin embargo, Puerto Rico es mucho más que su herencia colonial. La isla se reivindica hoy como un destino con una cultura genuina, una cocina de raíces y una naturaleza fascinante. Comprobarlo es tan fácil como tomar un avión, aterrizar en San Juan y dejarse llevar por el feliz ritmo boricua. Descubre la Casa de Navidad de El Mueble en Madrid, el evento más esperado de la temporada |