Japón no es un destino de este mundo. Con esa percepción se queda quien lo visita por primera vez. Porque no es de este mundo que todo funcione a la perfección, desde el tren a una máquina de refrescos. No es de este mundo la pulcritud de los espacios públicos, ni que en un área conurbana como la de Tokio, con cerca de 30 millones de habitantes, no haya coches aparcados en la calle porque el espacio público no debe ser usado de manera privada. Ni tampoco es de este mundo que dejes una bicicleta en la acera sin cadena y a la mañana siguiente siga allí. Que no haya papeleras por las calles y no se vea un papel ni una colilla en el suelo. Que en el tren de alta velocidad pidan que no se hable por teléfono para no molestar al resto de usuarios… y que a nadie se le ocurra no hacer caso. Que puedas dejar tranquilamente el móvil o la billetera en la mesa del restaurante e irte al baño. Que todos los japoneses te saluden con una sonrisa y una inclinación, aunque no te entiendan. Descubre nuestra guía Pirineos en verano. Una guía valle a valle para descubrir todos sus secretos. ¡Descárgala gratis! |