Emanuele Filiberto de Saboya ofreció una taza de chocolate a la ciudad de Turín después de trasladar allí la capital de su ducado en 1563, un acto simbólico que popularizó el chocolate entre las clases más altas de la sociedad. Un siglo más tarde, en 1678, se abría la primera chocolatería artesana con autorización real, seguida por muchísimas más. Igual que los famosos cafés, eran frecuentadas por la familia real, nobles e intelectuales como epicentro de la vida política piamontesa. Estos establecimientos, donde todavía hoy se reúnen los turineses, ocupan calles, soportales y plazas tan importantes como Piazza Castello, donde se encuentran el Palacio Real y el Palacio Madama. Fue en este último donde se instaló el primer Senado del Reino de Italia con la unificación italiana. Turín se convertía así en la primera capital de Italia en 1861. Leer más El número 291 de Viajes National Geographic, a la venta desde el 17 de mayo, incluye un gran reportaje de Turín. |