El rincón donde Uderzo y Goscinny situaron el poblado de los galos invencibles es una tierra de cabos acantilados y también de amplias bahías y bosques mágicos. Esta región de cosechadores de ostras, pescadores heroicos y maestro sidreros se considera uno de los finis terrae de Europa. Sin embargo, su condición de “fin del mundo” ya es más un eslogan que una realidad gracias a las conexiones aéreas directas desde España. Una oportunidad para incluir Bretaña entre las escapadas de fin de semana o de varios días, especialmente durante la primavera y el verano, cuando la climatología se muestra más amable con este extremo de Francia. La ciudad de Brest se ha convertido recientemente en la puerta de entrada al noroeste bretón, donde la costa es un ribete de entradas y salidas de mar, marcado por faros que resisten los embates del viento y del oleaje con el estoicismo de un gigante de piedra. |