Por Javier Zori del Amo, Director de Viajes National Geographic Los territorios fronterizos tienen el encanto de ser mestizos, de tener una doble nacionalidad que les permite perfilar unos rasgos mixtos a la vez que únicos. En el caso del País Vasco Francés, este carácter limítrofe se acentúa por ser una franja tan singular que en ocasiones parece ejercer de zona de descompresión. No es ni francesa ni española, sino todo lo contrario. Quizás por ello su mejor sinécdoque es la Isla de los Faisanes, un trozo de tierra rodeada por el río Bidasoa que durante seis meses es guipuzcoana y durante otros seis, iparraldeko. Leer más |